jueves, 30 de julio de 2009

brownies sabor a fudge

Esta vez pongo pausa a las delicias árabes, pero por poco tiempo, para poner a disposición de ustedes la receta de los brownies, extraída de un librillo de recetas norteamericanas.

Ingredientes:
-1 taza de mantequilla (225 grs.)
-2 tazas de azúcar
-3/4 taza de cocholate en polvo amargo
-4 huevos
-1 taza de harina
-1 cucharadita de vainilla
-1/2 cucharadita de sal
-2 tazas de nueces picadas

Enmantequillar un molde. Batir la mantequilla hasta que quede cremosa. Incorpora el azúcar y el chocolate en polvo, mezclando bien. Agregar los huevos uno a uno batiendo bien. Incorporar la harina, vainilla, sal y nueces. Vaciar al molde y hornear durante aproximadamente 30 a 35 minutos. Enfriar y cortar en cuadritos.


Nota: por favor no consideren esta cercanía hacia el país del norte como alejamiento de mis tradiciones y creencias. El libro norteamericano de recetas lo compré aquí en patronato, no es que yo haya ido para allá.

martes, 28 de julio de 2009

las fiestas del Perú

Las enviadas especiales de LA OLLA COMÚN, Loqui y Gata, se trasladaron este domingo hasta el Parque Bustamante, donde reportearon para ustedes la celebración de las Fiestas Patrias del Perú organizadas por la comunidad residente. Este fue solo uno de los tres megaeventos que se realizaron ese día en Santiago para conmemorar los 188 años de la Independencia de nuestra nación hermana: al de Providencia -la actividad tradicional organizada por el Consulado, que empieza tempranito con una misa y conserva un espíritu más bien familiar- se sumaron los festejos organizados por la muni de Recoleta en la plaza La Paz y el Festival de la Peruanidad en el Parque O’Higgins, que en su primera versión parece que dejó le paté, con una asistencia que superó las 40 mil personas (OBVIO que el Víctor y el Coca andino andaban allá... ¡en qué estuvimos!).
A diferencia de la danza de estrellas que incluyeron estos dos últimos eventos -con la participación de animadores de la talla del siempre chispeante y empático Felipe quién-hizo-el-casting Bianchi, Karen Dejo (“la Pampita peruana”, según me instruyó un querido amigo que tiene santos en la corte – la del Perú, I mean) y Miguelito (en representación del segmento little people, que poco a poco se está apoderando del mundo), además de los “chistosos” (sic) y números musicales que la rompen en el país del Rímac-, en el Parque Bustamante el show estuvo a cargo de una serie de cuerpos de baile juveniles que, haciendo sus primeras armas en el difícil camino de las artes escénicas, cumplieron con creces su misión de amenizar la ocasión. Los ritmos eran pegajosos (debo confesar que no pude evitar mover la patita) y el carisma que derrochaban algunos de los bailarines me arrancó más de un "¡VIVA!" durante la ovación final. Si a ello le añadimos la vistosa indumentaria (no sé por qué, pero no puedo parar de imaginarme a la Chiqui con esas polleritas andinas) y los guiños coreográficos a nuestro añorado Michael por parte de los miembros más edgy del grupo, no cabe duda de que los jóvenes aspirantes fueron todo un éxito.

Esto, intercalado con ingeniosos concursos que ideaba el animador para entregar los premios de los auspiciadores -pasajes (por tierra) para reencontrarse con la parentela, tarjetas telefónicas y becas de matrícula en la Universidad Alas Peruanas, entre otros estímulos (sí, como lo leyeron: Alas Peruanas)- mantuvo encendido durante toda la tarde el ambiente de afabilidad y jolgorio al que los hermanos peruanos son por naturaleza tan dados.


Pero ahora, a lo que vinimos. Pocas veces habíamos tenido ante nuestros ojos semejante despliegue de diversidad y opulencia culinaria. En medio del humo de las parrillas, recorrimos varias veces las decenas de puestos, sin dejar de asombrarnos ante las mezclas impensadas y suculentas, los olores y, sobre todo, los colores de los platos.
Servidos en bandejas de plumavit o de plástico, corrían a nuestro alrededor los secos, las polladas, los picarones, los ceviches, todo siempre acompañado por los aderezos adecuados y las guarniciones perfectas: choclo peruano con cebollita morada, habas en vaina, porotadas sustanciosas o papitas con salsa a la huancaína.

Para la sed, jarras de chicha morada, refrescante y aromática, a $200 pesos el vaso; Inka-colas de litro y medio y, por supuesto, Cusqueñas al por mayor, que nos hicieron invocar a la pequeña Wendy mientras escapábamos de los ÚNICOS DOS JUGOSOS DE TODO EL PARQUE que –OBVIO- se nos supieron instalar al lado.
En cuanto a los postres, además de la tradicional mazamorra morada, había toda una gama de quequitos y bizcochos, jaleas de colores, los populares turrones de Doña Pepa (esos bien amarillos con pelotitas de colores encima) y picarones servidos con miel. Nosotras nos inclinamos por el ya clásico combinado, al cual -recordarán- ya dedicamos anteriormente un encomio en este mismo espacio. Personalmente, me quedé con las ganas de probar uno que se llamaba juji de manzana, que era entre un pie y un queque con manzanas encima, muy húmedo y fresco, según pude advertir.


Para concluir con el informe, les cuento que supimos consumir unas papas a la huancaína, un tamal y una papa rellena, además de la infaltable canchita. Adquirimos además varias provisiones, entre ellas unas chichas moradas embotelladas, que dice la Chiqui que aunque no están a la altura de la natural, igual salvan. Pero para no aburrirlas más, mis queridas personitas, y no exponerme a los abucheos de PDLC, más mejor las invito a conocer el testimonio gráfico de la jornada, que espero de todo corazón compartamos en pleno el próximo año.

¡LARGA VIDA AL PERÚ!

¡BIBA!

jueves, 9 de julio de 2009

el oro verde

Como les habré contado alguna vez, yo en mis años mozos me dediqué a la poesía. Obras cumbre de mi producción lírica como “El perro y el gato”, “El bombero” y “El niño” (donde algunos han querido ver una influencia de “Piececitos”), no solo me valieron una larga lista de reconocimientos, sino también más de un admirador. Jóvenes que hasta el día de hoy señalan dichas composiciones como una de sus grandes inspiraciones. No vamos a entrar a juzgar acá cuán legítimo es utilizar este recurso como pick-up phrase, ni cuán ebrio se debe estar para hacerlo (quién es una, finalmente, para cuestionar los medios empleados en el arte de la seducción, menos si viene de un hombre de prestancia indiscutible). Baste con consignar mi laureada trayectoria en el oficio poético.
En fin, lo que nos convoca en esta ocasión es una fecha que, propongo, incorporemos a partir de este año a nuestro calendario oficial de festividades. Es cierto, hay otras efemérides que recordar en un día como hoy: el natalicio de Bon Scott, por ejemplo, el ya extinto vocalista de AC/DC; el cumpleaños de O. J. Simpson, el más célebre futbolista-actor-asesino-prófugo de las últimas décadas y el de la nunca bien ponderada Angelines Fernández (supongo que no hace falta explayarme); el cabezazo de Zidane a Materazzi en el Mundial de Alemania 2006, entre otros tantos grandes hitos universales (esto de las efemérides es realmente un mundo fascinante). Pues bien, ninguno de esos acontecimientos podría opacar* el que a nosotras, gourmets patrimoniales por sobre todo, nos emociona hasta las lágrimas. Hoy, 9 de julio, festejamos el Día de la Palta.
Originario de México y Centroamérica, el aguacate (Persea americana) es uno de los máximos tesoros culinarios que nuestro continente ha brindado a la Humanidad. Los conquistadores la llamaron “pera de las Indias” y, como solía suceder con los frutos exóticos importados desde el Nuevo Mundo, en las Europas se le atribuyeron propiedades afrodisíacas y terminó por convertirse, como tantos otros, en un fruto semiprohibido y algo escandaloso, por inducir a la voluptuosidad y, supuestamente, aumentar el vigor sexual.
En Chile se producen al menos 10 variedades de paltas: está la negra de la Cruz, esa que tuvo a la María a punto de convertirse en paria de nuestra comunidad, víctima de esas hilachas malditas que supieron jugarle una mala pasada; la Bacon y la Fuerte que, si bien son mejores que nada, tienen una carne de color pálido que a veces a una la coloca un poco triste y más encima terminan vueltas agua después de molidas; también está la Reina Ester, esa palta que parece como sacada de Jurassic Park, enorme, bastante rica y conveniente, claro que también un poco aguachenta y dulce, detalle que puede terminar menoscabando el éxito de un guacamole como la gente.
Adrede, dejé para el final a la reina de las paltas: la incomparable palta Hass. A uno a veces le da como remordimiento de venerarla tanto y ser tan intransigente con las demás, porque con tanta promoción (incluidos el Bombardero de La Reina y la anécdota del Avo-Dog en el Super Bowl, llamada a convertirse en un mito como el del concurso de canciones nacionales en el que el Himno Patrio salió segundo después de La Marsellesa o el de las banderas en el que, gracias a J. C., sí que triunfamos) parece que fuera todo una maquinación de los poderes fácticos destinada a convertir al fruto bendito en una Coca-Cola más o una papa Lay cualquiera. Pero la cosa no es tan así. Estas personitas hacendadas del Comité de Paltas (¿tendrán una sede social? Seguro se debe pasar regio ahí… Apuesto que son TODOS minos) han trabajado como auténticos peones para posicionar esta variedad estrella, que en el plano agroindustrial se distingue del resto porque dura más, viaja mejor y es la única que se produce TODO EL AÑO. Biba.
Estos hombres de bien han sabido descubrir cómo hacer que el mundo entero se rinda a los pies de la paltita chilena. Resulta que la palta no solo es un fruto lujuriosamente delicioso, con su textura cremosa, sabor suave pero a la vez profundo y persistente (concéntrense, no quiero perderlas) y color único. El aguacate es también un vegetal prodigioso desde el punto de vista nutricional. Obviamente, comparte todas las virtudes propias de las hortalizas (es rica en fibra, baja en carbohidratos y libre de colesterol), pero además le lleva:
- ácidos grasos monoinstaurados (las “grasas buenas”, que ayudan a bajar el colesterol);
- vitaminas por montones (A, B, C, E, K y ácido fólico);
- cualesquiera cantidad de minerales realmente sensacionales (potasio y magnesio, por ejemplo);
- antioxidantes superpoderosos (carotenoides como la luteína, que protege contra las enfermedades oculares; fitoesteroles, que protegen frente al cáncer; y polifenoles).
Todo esto, aunque parezca de perogrullo, da un sustento científico a todos estos remedios caseros y secretos de belleza que llevan palta como ingrediente principal y que, aunque son bastante asquerosos (y, hoy en día, tan onerosos como una pomada La Mer), parece que funcionan, como el clásico tratamiento para el pelo, las mascarillas faciales o para humectar las manitas. De hecho, las vitaminas C, B6 y E son un componente estelar en la mayoría de los productos cosméticos de avanzada, porque combaten el envejecimiento prematuro y favorecen la renovación celular y todas esas cuestiones de las que ya me aburrí de hablar (maldita PDLC, fuiste tú la que insistió en darle un toque didáctico a este blog. Te odio. Ahora sé que fue una trampa).
Entonces, para cerrar este homenaje que ya se colocó fome, quiero compartir una de mis más recientes creaciones en honor a este fruto bienhadado. Es un nuevo tipo de poesía de vanguardia que inventé hace poco. Lo denomino “acróstico”. Aquí les va:

Palta
Ay, palta
Llo te encuentro demasiado increíble
Tu sabor y textura bendigo
Alabada seas por siempre

También tengo otro, más lúdico:

Para el pancito, la ensalada o el hot-dog
Aguacate, palta, oro verde, eres lo mejor
Lástima que a veces estás tan cara
Te extraño tanto que me duele la guatita
Al pensar cómo eres de esquisita

No me pregunten cómo lo hago. Simplemente lo llevo en la sangre.


PD: Ojo que en Uruguay nos están desafiando. Hoy celebran el Día de la Mayonesa. Y al parecer no es broma. (¿Habrán invitado acaso a la Porotito? Ojalas... harto bien que le harían dándole una manita a esa mujer).

domingo, 5 de julio de 2009

tambrilli (dulce de higo)

Nuevamente otro dulcecito árabe con el cual deleitarse. Esta vez la receta extraída de la revista Aldamir, es un poco más compleja y requiere más preparación.
Ingredientes masa: 1 kilo de harina sin polvos de hornear, pizca de sal, 2 cucharaditas de polvos royal, 1 taza de aceite tibia, 2 tazas 1/4 de agua tibia, sésamo.
Ingredientes relleno: 1 kilo de higos secos, 2 tazas de azúcar, 1 tazas de agua.
El relleno se prepara antes. Remojar con un día de anticipación los higos en agua después de haberlos lavado. Retirar todo el agua y molerlos en la 1, 2, 3 hasta que quede una pasta. Agregar el azúcar y el agua y hacerlo hervir lentamente casi por una hora hasta que quede una pasta. Dejar enfriar.
La masa se prepara con el kilo de harina cernida, se le agrega una pisca de sal y el royal, el aceite tibio y por último el agua tibia. Se amasa hasta que quede blanda. Se hacen bolitas pequeñas de a una y se dejan reposar. Después las bolitas de masa se pasan hasta la mitad por clara de huevo y luego por sésamo. Se uslerean con el sésamo hacia la tabla, se le agrega una cucharada de dulce de higo, se cierra como una empanada normal y con el tenedor se fijan las orillas. Finalmente se fríen en abudancia aceite, vuelta y vuelta.